Angel por mes

Comenzaré con una plegaria que he depositado en mi corazón durante años: «Benditos sean los mensajeros celestiales, que nos guían y nos protegen en nuestro camino por la vida. En especial, agradezco al ángel de noviembre, protector y guía para aquellos nacidos bajo su custodia.» Hoy quiero hablarles acerca de un ángel muy particular, aquel

Inicio la plegaria diciendo: «Angeles guardianes del devenir, dadores de sincronías celestiales, facilitadnos la comprensión y guía. Concedednos el don de la sabiduría que vuestra luz perpetua alberga. Así sea.» Hace tiempo, una mujer llamada Rosa vivió una experiencia cautivadora con su ángel guardián, suceso que marcaría su vida exponencialmente. Pero ese relato lo dejaremos

Plegaria inicial: **»Ángel de Septiembre, protector divino y luz en la sombra, te invoco en este instante sagrado. Guíame en este viaje de autodescubrimiento y ayúdame a fortalecer mi conexión contigo».** Ahora, permíteme compartir una anécdota sobre un encuentro con el ángel de septiembre. Fue durante una fría madrugada de otoño, en los primeros días

«Plegaria a la luz celestial, guíame a través de las palabras y permíteme transmitir la sabiduría divina acerca del ángel de agosto|9». En una ocasión, cuando la luna ocultaba su rostro en el plenilunio de agosto, un pobre hombre desesperado pidió ayuda espiritual. No esperaba respuesta, pero sin embargo, ocurrió algo inquietante. Escuchó una voz

Escucha, alma atenta, el susurro de un amor divino que se anuncia. Concede a esta ofrenda de palabras, el perfume dulce y la guía suave del Ángel de julio|9, aquel cuyo nombre reverbera con la luz íntima de la esperanza y la protección. Recuerdo un día soleado de julio, cuando la bienaventuranza de este ser

En el corazón de cada amanecer del mes de junio, siento la presencia de un ser angelical, un guardián celestial que parece regir este mes con su luz divina. Hago entonces una plegaria para agradecer su guía y protección: “Amoroso ángel de junio, guárdame con tu amor, ilumina mis días y noches con tu luz

En el nombre del Amado, del Inmaculado, del eterno protector, se me ha concedido la oportunidad de compartir con ustedes conocimientos sagrados sobre una entidad celestial de suma importancia: el Ángel de Mayo. En este viaje divino que estamos a punto de emprender, les brindaré un encuentro cercano con este Ángel y su divinidad. Pero

Bajo la mirada celeste y en medio de la calma persistente, evoco a ti, Ángel de Abril|9, protector divino y guía espiritual. Que tus alas de luz iluminen el camino de aquellos que buscan tu presencia y tu sabiduría. En esta plegaria, reconozco tu labor y me siento bendecido por tu constante vigilancia. Recordando el

Por favor, permíteme iniciar con una plegaria: «Que el brillo celestial del ángel de marzo nos acompañe, pues su luz trae paz y armonía a cada uno de nuestros días». Recuerdo haberla recitado para una colega atribulada que buscaba orientación en un momento de desesperación. El nombre de este ángel protector no es otro que

Plegaria inicial: «Encomiendo mi corazón al ángel del mes de febrero, el ángel número 9, guardián divino y protector que guías mis pasos en el camino de la vida. Permíteme entender tu presencia y sentir tu protección hoy y siempre”. Anécdota: Una vez, una anciana de profunda fe y sabiduría me dijo: «Mi niño, cada